Los investigadores liderados por Ángel Faz Cano han estudiado ocho balsas de almacenamiento y desecación, concluyendo que en todas ellas los materiales subyacentes no son completamente impermeables y que existen indicios de lixiviación de purín, pero a niveles de profundidad que sólo excepcionalmente alcanzarían los 6 u 8 metros, mientras que el acuífero en la zona estudiada se encuentra al menos cuarenta metros más abajo. En conclusión, “la afección al subsuelo se considera muy somera y no se evidencia riesgo para el acuífero”, resume el profesor de la UPCT.
Los estudios han seguido los parámetros de la Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor y la Instrucción Técnica en Materia de Prevención y Control de la Contaminación del Suelo de la Comunidad Autónoma. A la presentación de los resultados en el Centro Agrario de Fuente Álamo, acto presidido por la alcaldesa de la localidad, Juana María Martínez, asistieron el consejero de Agua y Agricultura, Antonio Luengo y el director general de Ganadería, Francisco Espejo.